Un verdadero chorreo de sabor (¡y vegano!). Sorprende que solo lleve dos ingredientes, porque está tan buena que no se puede creer. Nos gusta ser sinceros y es bueno contarles que trabajar esta empanada no es nada fácil. Pelamos a mano cada plátano, quitamos cada imperfección que tengan y los cortamos uno a uno en rodajas, a cuchillo, sí, a cuchillo. Luego viene la parte complicada: mezclar esas rodajas con la crema de chocolate y avellanas. El secreto es trabajar a cierta temperatura, de manera que permita la mezcla, sin que las rodajas se machaquen. Si Charlie hubiera podido probarla seguramente estaría en su fábrica de chocolates!